En el aula ya no solo se enseña con libros y pizarras: se navega, se chatea, se consulta a inteligencias artificiales. La vida digital se ha vuelto parte natural del aprendizaje. Pero con ella, también llegan nuevas formas de distracción, exposición y riesgo que muchas veces pasan desapercibidas.

La mayoría de las plataformas escolares ponen el foco en bloquear contenido. Pero, ¿qué pasa cuando el riesgo no está en una web concreta, sino en un patrón de comportamiento que se repite? ¿Y si el problema no es lo que ve un estudiante una vez, sino cómo y por qué lo busca cada día?

⚠️ Riesgos digitales: una realidad que ya está aquí

En 2021, el Reino Unido se sacudió con el caso de Frankie Thomas, un adolescente de 15 años que, sin antecedentes disciplinarios, acabó envuelto en una situación trágica. Lo que más sorprendió a su entorno fue no haber visto venir nada. Pero luego, al revisar su actividad digital, emergieron señales: búsquedas reiteradas sobre autolesiones, interacción con contenido inapropiado y mensajes inquietantes en plataformas que nadie estaba supervisando.

No se trata de mirar atrás y preguntarse “¿qué se pudo haber hecho?”, sino de asumir que este tipo de situaciones siguen pasando —en todas partes.

En 2024, la plataforma Bark analizó más de 5.4 mil millones de interacciones digitales de estudiantes y encontró que:

  • El 74.6% estuvo expuesto a contenido relacionado con depresión.
  • El 50.3% mostró señales de ansiedad.
  • El 21.5% tuvo interacciones vinculadas a pensamientos suicidas o autolesiones.

El riesgo está ahí. No en casos aislados, sino en los datos.

👀 La pregunta es: ¿cómo podemos estar más atentos?

Imaginemos un sistema que no espera a que algo grave suceda para actuar. Que no espía, ni invade, pero que detecta patrones de comportamiento digital inusuales y los traduce en alertas comprensibles. No para castigar, sino para acompañar a tiempo.

Por ejemplo, si un estudiante hace búsquedas repetidas sobre temas sensibles, o ha empezado a interactuar con IA en tonos que reflejan angustia o aislamiento… IMTLazarus lo detectaría. No para intervenir de forma invasiva, sino para generar una alerta discreta. Una conversación posible. Una oportunidad de cuidado.

🧠 IMTLazarus: tecnología que observa, respeta y cuida

El aviso de riesgos es una herramienta de análisis inteligente de riesgo digital dentro del ecosistema IMTLazarus. Analiza de forma continua y contextual la actividad digital del estudiante: desde lo que busca, hasta lo que ve, lo que escribe o pregunta, y cómo interactúa con distintas plataformas (incluyendo IA, YouTube, navegadores, apps educativas y más).

No se limita a bloquear ni a censurar: detecta desviaciones, identifica señales de alerta y permite actuar con tiempo, siempre dentro de un marco de privacidad y respeto hacia el entorno escolar y familiar.

A diferencia de los sistemas tradicionales de control, IMTLazarus no vigila: acompaña. Ayuda a docentes, orientadores y responsables educativos a ver lo que normalmente pasaría desapercibido. A tomar decisiones informadas. A intervenir antes, con empatía.

Porque proteger no es controlar. Es estar presentes, con las herramientas adecuadas para cuidar desde lo digital.

Fuentes: