Vivimos conectados. Y nuestros hijos también. Lo digital es parte de su día a día: estudian, juegan, comparten y construyen relaciones a través de pantallas. Pero así como hay amistades, aprendizajes y creatividad, también hay riesgos. Uno de los más silenciosos, y dañinos, es el ciberacoso.

🚨 ¿Qué es el ciberacoso?

El ciberacoso (o ciberbullying) ocurre cuando una persona es acosada, humillada o agredida a través de medios digitales: mensajes, redes sociales, foros, juegos en línea o chats escolares. Y lo más duro es que, a diferencia del acoso tradicional, el ciberacoso no se detiene cuando termina la jornada escolar. Puede seguir las 24 horas del día, sin descanso.

Las víctimas muchas veces no saben cómo pedir ayuda. Por miedo, vergüenza o porque sienten que “no es tan grave”. Pero el impacto emocional puede ser profundo y duradero.

📊 ¿Qué tan grave es el problema?

Los datos muestran una realidad que no podemos ignorar:

  • En México, uno de cada cinco internautas mayores de 12 años ha vivido alguna situación de ciberacoso, lo que representa a más de 18 millones de personas (INEGI, 2023).
  • A nivel mundial, uno de cada diez estudiantes ha sido víctima de ciberacoso, según la UNESCO (UNESCO, 2023).
  • Las víctimas de acoso tienen el doble de probabilidades de sufrir de soledad severa, insomnio y pensamientos suicidas (UNESCO, 2023).
  • En México, la forma más común de ciberacoso es el contacto mediante identidades falsas, afectando al 35.9% de las personas acosadas (INEGI, 2023).

🧭 ¿Cómo podemos ayudar desde casa y la escuela?

La solución no es desconectar o prohibir. La clave está en acompañar, observar con atención y crear espacios de confianza donde nuestros hijos se sientan seguros para hablar.

Algunas señales a tener en cuenta:

  • Cambios en el estado de ánimo después de usar el celular o la computadora.
  • Evitar actividades que antes disfrutaban.
  • Aislamiento repentino.
  • Problemas de sueño o alimentación.

IMTLazarus como herramienta de apoyo

En IMTLazarus, trabajamos para que tanto familias como escuelas tengan herramientas que detecten señales de alerta de forma temprana, sin invadir la privacidad de los estudiantes.

Alertas de comportamiento de riesgo
Filtrado de lenguaje ofensivo o violento
Reportes para detectar cambios bruscos en la navegación

Lo que usamos en las escuelas también está disponible para las familias. Porque creemos que la prevención empieza cuando el hogar y el colegio trabajan juntos.

Hablar antes de actuar

La tecnología puede ayudarnos a detectar. Pero lo más poderoso sigue siendo una conversación oportuna. En lugar de castigar o prohibir, preguntemos:


➡️ ¿Cómo te sentiste con ese comentario?
➡️ ¿Qué harías si ves que alguien está siendo molestado en línea?
➡️ ¿Hay algo que te preocupe de lo que pasa en tus chats?

Escuchar sin juzgar es una forma de proteger.

Formar empatía, no solo vigilancia

Más que controlar, lo que realmente previene el ciberacoso es formar empatía. Enseñar que lo que se dice en línea también duele. Que detrás de cada pantalla hay una persona real. Que nuestras palabras —aunque sean memes, bromas o likes— tienen peso.

💡 Enseñar con el ejemplo
💡 Fomentar la compasión y el respeto

💡 Celebrar el buen uso de la tecnología

🤝 Un esfuerzo compartido

Ningún software puede sustituir el cariño, la presencia o la educación emocional. Pero las herramientas sí pueden ayudarnos a estar más atentos, intervenir a tiempo y actuar con más información.

En IMTLazarus, creemos que la tecnología debe estar al servicio del bienestar. Ya sea desde el aula o desde casa, nuestro rol es el mismo: cuidar, escuchar y educar.

Porque detrás de cada clic, hay una oportunidad para enseñar y acompañar.

Fuentes: